7.8.08

Entrevista en Palermo

En el espacioso living de un caserón remodelado de Palermo viejo, único vestigio de tiempos mejores, está sentado Hugo. Su repulgue ya desgastado deja suponer que la fama y la fortuna lo abandonaron hace tiempo. Hugo es una empanada bailarina desempleada. Durante fines de los noventa y principios del nuevo siglo, estos simpáticos seres se encargaban de alegrar las esquinas porteñas con sus danzas sui generis, demostrando una destreza que el vulgo en general desconocía. Imágenes Payanas entrevistó a Hugo, y el resultado es esta nota.

Imágenes Payanas: Considerando el éxito que supo tener, ¿cómo describiría hoy su situación?

Empanada Bailarina: Un verdadero desastre. Desde todo punto de vista, lo digo. Mi mujer me abandonó, la plata no me alcanza para nada, ya nada me motiva. Podría decirse que, además de desempleado, estoy desesperanzado.

IP: Usted lo tuvo todo.

EB: Lo tuve todo y más. Todo estaba al alcance de mi mano. Una vez, en un casino en Las Vegas, en Norteamérica, un tipo me ofreció un contrato millonario. A cambio, yo debía mostrarme dentro de su casino, para que la gente se sacara fotos conmigo. Pero yo no hablo bien inglés y la cosa al final no prosperó.

IP: ¿Cómo fueron sus comienzos?

EB: Todo empezó de manera muy light. Yo venía de laburar como empleado administrativo en una fábrica en Barracas, y un buen día me sale esta oportunidad, nocierto. Un amigo me avisa que están haciendo un casting para bailar en la calle, y bueno, me presenté. Y quedé.

IP: ¿Y después?


EB: Fue todo muy vertiginoso, un día bailaba en Corrientes y Rodríguez Peña, otro día Rivadavia y Acoyte, y así un día me desperté y estaba haciendo gala de mi habilidad en la Avenida Alvear. Eso fue llegar a la cima, tocar el cielo con las manos como quien dice, ¿no?

IP: La fama le debe haber dejado su huella...

EB: En otro tiempo no me hubiese animado a decirlo, pero tengo una fuerte adicción al ají molido. Efectivamente, los excesos me marcaron para siempre.

IP: ¿A qué le atribuye la caída de la imagen de las empanadas bailarinas?

EB: La verdad no lo sé, es algo que francamente no me explico. Ahora está toda esta moda de lo oriental, que la comida china, que el sushi también. La gente ya no se acuerda de aquello que comen desde chicos. Siguen la moda. Nos han desplazado, hasta los que hacen malabares en las esquinas nos han llegado a correr a pelotazos.

IP: ¿La gente ya no disfruta viéndolas bailar?

EB: (se ríe) ¿Y cómo van a disfrutar si ni siquiera nos pueden ver?

IP: Por último, ¿piensa que el conflicto ciudad - campo influyó de alguna manera en que los porteños ya casi no recuerden a las empanadas bailarinas? La empanada siempre estuvo relacionada con el gaucho, el campo.

EB: Yo no creo. En algún momento volveremos, yo es como que tengo esa esperanza, ¿vió?

Hugo, en sus tiempos de estrella



Finalizada la nota, nos alejamos por la calle Uriarte, en silencio. Pensamos en cuándo nosotros nos volveríamos adictos al ají molido.


Nota del Autor: Justo ayer salió una nota en infobae que habla de una empanada bailarina que ganó un juicio por haber trabajado en negro. En ¿Cuál es? hablaron al respecto. Yo tenía este texto semi escrito desde junio, pero vino la coincidencia y vea ahora que termino quedando como un "no-original".

2 comentarios:

  1. Una empanada trabajando en el teatro negro?

    Eso sí sería verdaderamente novedoso.

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  2. Máxima atracción del Teatro Negro de Varsovia, donde nunca vieron una empanada y pagarían millones por hacerlo. A veces las oportunidades están ahí y no las vemos.

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